lunes, 14 de mayo de 2012

¿Y el paisaje?


Hace cuatro años mientras caminaba por las aceras de la Universidad Nacional de Loja, me llamó la atención una ruta en especial porque estaba llena de árboles, árboles muy fuertes y de gran altura que seguramente fueron sembrados hace muchos años para marcar ese camino, que a pesar de tener una pendiente que hace un poco pesada la caminata, estaba matizada con la frescura y compañía de los árboles.







 
Por eso, no salía de mi asombro hace poco cuando recorrí la misma ruta pero esta vez la compañía eran ¡árboles muertos, caídos, escombros! ¿razones?...más arriba se divisaban columnas de hormigón armado que ya vislumbran la transformación.



La Universidad Nacional de Loja ha sido pionera en la región sur con las carreras de “la naturaleza”… ¿por qué este contraste? ¿nadie dice nada? ¿por qué la indiferencia? ¿Por qué los diseñadores de “esta obra” no pensaron un poquito en la naturaleza y el paisaje para adaptarse?






 Este es el inicio de cambios en la infraestructura de la universidad…si así empieza…¿cómo acabará? El campus universitario tiene valor histórico, paisajístico, urbano que debiera tomarse en cuenta y plasmarse en un Plan Maestro que considere el contexto, el paisaje, las conexiones, el peatón más que el vehículo o el bus, la vegetación, los colores, las montañas, las texturas, los olores, la funcionalidad con poca intervención…ya no más eclecticismo, ya no esos rasgos híbridos entre posmodernismo historicista y manierismo sin filosofía, ¡rasgos que han sido impregnados forzosamente en una arquitectura moderna existente, característica primordial de la Universidad Nacional de Loja, con la que nació el nuevo campus en el momento de dejar el Centro Histórico!...¿no hubiera sido mejor hacer un concurso público para el Plan Maestro y de esa manera seleccionar la mejor alternativa? creo que la Universidad con su importancia e historia se lo merecía...para ilustrar con un ejemplo: el proyecto El Barranco de Cuenca nació de un concurso público de ideas y los resultados son indiscutibles.

Si bien es cierto que ya gran parte de la arquitectura de la UNL ha sido malograda, sobre todo la de la última década, aún se puede preservar un buen porcentaje de los edificios más antiguos como la administración central o los bloques de agronomía…pero lo que aún se puede salvar es la vegetación, el paisaje, la naturaleza, aunque parece que lamentablemente no ha sido valorada en su verdadera magnitud pues de lo contrario no se habría ordenado cortar aquellos hermosos árboles. 

¿Tendremos suerte los apasionados por el urbanismo y la arquitectura para ver una reacción de las autoridades ante los errores que se cometen?...solamente me quedo con la impotencia de los profesionales que no tenemos acceso al poder político y por lo tanto no nos queda más que llorar ante la leche derramada...



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