lunes, 28 de octubre de 2013

La puerta de la ciudad (Parte 2/2)



El tema de la "puerta de la ciudad" en Loja como “ícono urbano” y su equivocada concepción, de manera general se analizó en un artículo anterior, ahora algunas ideas en otros aspectos funcionales:

Como toda intervención urbana, este elemento influye directa e indirectamente en el funcionamiento de la ciudad. Y uno de los aspectos más notorios es el tema de la vialidad. Al recordar nuevamente la historia de la ciudad, este elemento (puerta de la ciudad) se lo ubicó en un sitio estratégico: el puente Simón Bolívar.


El puente Simón Bolívar desde siempre fue concebido para que la ciudad se conecte a través de un pequeño corredor que lleva al barrio El Valle, en donde existe un templo que fue construido para los indígenas que lentamente se habían acercado a la ciudad fundada por los españoles. Es decir desde la ciudad hacia afuera. Por este motivo, el sentido vial del corredor o Av. Gran Colombia siempre fue desde la ciudad hacia el exterior ó en sentido Sur-Norte. Este análisis que parece tan insignificante pone en evidencia uno de los nudos viales más conflictivos que tiene el Centro Histórico de Loja, provocado por una decisión forzada de colocar una “puerta de la ciudad” y su consecuente cambio vial en el sentido Norte-Sur porque tiene que figurar el ingreso a la ciudad.


                                   El sentido vial de la calle conectada directamente con el puente 
                                               Bolívar es en sentido Sur-Norte, desde el centro histórico.

Históricamente el verdadero ingreso a la ciudad siempre fue desde la calle 10 de agosto, en el sentido oeste-este (sentido vial que se conserva). La romería de la Virgen del Cisne hasta hace pocos años hacía su ingreso por la calle 10 de agosto, esta arteria fue testigo del primer automóvil que llegó a la ciudad, traspasa el núcleo urbano del Centro Histórico, se conecta directamente con la Iglesia Matriz (que todos conocemos como la catedral), etcétera.

Es cierto que en la actualidad el mayor flujo de ingreso a la ciudad es en el sentido Norte-Sur, debido a que el nuevo sistema vial interprovincial ha sido diseñado de esa manera, pero en concordancia con la Av. Cuxibamba e Iberoamérica, avenidas que bordean el Centro Histórico y además corresponden a la época de su creación, lo que es absolutamente coherente y funcional.

Y en esta forzosa intervención también se olvidaron completamente del peatón. Es realmente estresante llegar o salir a pié de la “Puerta de la Ciudad”, no existe claridad en la señalética, peor un tratamiento funcional de los elementos y mobiliario urbano que proporcionen seguridad al caminar, las medidas de las aceras son mínimas, para un minusválido es casi imposible movilizarse en el sitio. Quien camina desde la Av. Gran Colombia y llega a la Puerta de la Ciudad se encuentra con un “abanico vial”, que fue generado para que se conserve el forzoso sentido Norte-Sur del “acceso a la ciudad”; y viceversa, quien quiera desde la ciudad tomar la Av. Gran Colombia tiene los mismos inconvenientes e incluso se incrementa el problema de falta de visibilidad.






Sin embargo, no puedo terminar este artículo sin mencionar la enorme contradicción simbólica que ha generado este elemento en la ciudadanía. ¡Hasta se ha convertido en el monumento que representa a la ciudad!, lo podemos ver en suvenires, trípticos turísticos, propios y extraños hacen gala de sus mejores fotografías con el “famoso” fondo y más…

Es la mejor muestra de cómo un error político puede visibilizarse de manera tangible sin importar memoria, historia y funcionamiento de la ciudad. Y lo más sorprendente, pero a la vez propio de la naturaleza humana es que la gente “se adapte” a estos elementos, utilizo adapte con énfasis, pues desde mi punto de vista no podría asegurar que la ciudadanía se ha apropiado del sitio, porque no lo ha hecho. Quizás al no existir intervenciones respetuosas, coherentes con la época y con las necesidades reales, a la ciudadanía no le queda más que respirar y adaptarse, pues no tiene otra alternativa.

¡Y lo que podríamos hacer con el hermoso legado que tiene Loja! ¡Que nunca más se construyan falsos íconos urbanos en nuestra ciudad! 

1 comentario:

Unknown dijo...

Gracias estimada Silvia por esta opinión, nos has compartido una crítica desde una visión profesional que ayuda a fortalecer la nuestra.

Yo siempre decía que es "hilarante" por decir lo menos, que sobre un puente que lleva el nombre del libertador, se hay hecho un monumento a la colonización.

Pero más triste es que ahora relacionan el yugo colonial, con el yugo "conyugal", pues ese monumento feísimo es el lugar de tomarse fotos para los matrimonios alcanfores de la ciudad.

Finalmente una conculta, ¿cuál sería una contra-propuesta una vez ya erigida esa mentira de cemento?

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